martes, 5 de julio de 2011

Aquel mi amado.

Se que tu dices que podrás perdonarme pero es que se que tus ojos me van a decir la verdad, todo lo contrario.
Mi miedo a perderte se hace infinito. Va más allá de cada estrella de este nuestro gran universo. Y sí, suena a paranoia pero es que no podría vivir sin volver a perderme en tu pelo. Ojalá estas horas fueran segundos y no me tuviera que ir así tan pronto a casa.
Mañana al despertar.. ¿veré tu sonrisa? Espero que si.
¿La droga? No es nada comparado con mi adicción a tu sonrisa, le faltan años luz para llegar a parecerse. A cada paso que doi pienso en ti, en que tal estarás, si volveré a ver tu sonrisa, tu mirada perdida y en si volveré a enredar mis juguetones dedos en tu pelo de nuevo. Lo siento, es inevitable no pensarte para mi cabeza.
Mira que aunque obligue a mi corazón a susurrar-le al oído a mi mente que deje de pensarte es que no puedo, pasan de mi olimpicamente los dos y cuando me duermo vuelvo a soñar-te, vamos, como si no hubiera ordenado nada. 
Me encanta estar en mi habitación, en mi desordenada habitación, y acordarme de que has estado en mi cama tapandome del frío de aquel invierno pasado.
Cuando ando por el callejón de aquella calle en la que nos conocimos siempre te encuentro allí sentado,esperándome, como todos los días, mi vida.
Sabes que si yo te engañara tu dices que me perdonarías pero jamás lo harías, porque ni yo me lo perdonaría nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario